Restaurante "Mano Lenta"

Deliciosa comida y servicio bastante fluido para estar el restaurante lleno. Muy buena cocina, especialmente los tigres de bogavante, merece mucho la pena pedirlos. Y después de una comida bastante generosa el postre de coco helado es una pasada!! Sabrosísimo y ligero para acabar. Lo único malo tener que comer en una mesa alta, que está en un poco en el paso de la gente. Pero era el único sitio que quedaba y nos avisaron.

Vegetarianos: aquí os adaptan el menú degustación. Es algo que se agradece, ya que aún hay muchos sitios donde no lo hacen. Cenamos un menú degustación de 9 platos por 55€, bebida incluida. Como quisimos pedir otro vino diferente nos sumaron el precio del segundo íntegramente, luego pensamos que les podríamos haber pedido la primera botella aunque sea para casa (ya que quedaba pagada ?). Aún con todo, cenamos muy a gusto y todo muy rico. Gracias.

TODO AL DETALLE. Hemos estado hoy probando el menú degustación y ha sido una experiencia maravillosa tanto por la comida como por el personal. Desde el primer momento nos han atendido de maravilla y se han preocupado muchísimo por el servicio. Un trabajo en equipo excelente. El menú degustación una maravilla, una propuesta muy acertada y con sabores tradicionales e innovadores. Cantidad justa y necesaria para que el comensal salga del restaurante más que saciado. Zorionak equipo. Bueltatuko gea. Volveremos.

Fuimos 5 personas a comer de carta un viernes a mediodía, pedimos varias cosas para compartir. El local nos resultó muy acogedor y el personal muy atento. Nos sacaron unas mantequillas caseras bastante buenas, luego las zamburiñas espectaculares, ostras pedimos varios tipos y excelentes, el kimuchi muy bien, los tigres de bogavante muy bien, el atún impresionante, los carabineros muy bien también y la lubina de 10, tanto el producto como el punto, la salsa…para repetir. Luego nos sacaron el chuletón y aunque de apariencia y de punto estaba bien la mitad estaba duro y no nos gustó, después del resto de platos que eran de 10 este nos decepcionó completamente. Las patatas de guarnición caseras y muy buenas. Los postres muy bien también. Si no sería por el chuletón le daría 5 estrellas. Si que recomendaría este restaurante pero no pediría carne.

Estuvimos comiendo el sabado.Restaurante con una atención inmejorable y una comida buenisima.Tanto los tigres de bogavante como las zamburiñas,el kimuchi,las croquetas,el pulpo a la brasa,la carne de wagyu,el cremoso de chicolate con sal de Añana,estaba buenísimo todo.Por poner una pega,nos pareció muy feo que al llegar a la mesa tuvieramos una especie de tarro de agua,sin tapa ni nada y que a la hora de cobrar nos cobrarán por el pan y el agua 6.90€.Que te cobren por algo que no has pedido....Si me la vas a cobrar deja la tapa de tarro que para un vaso de agua que bebió mi hija,me la hubiese llevado. Esto no quiere decir que no vaya a volver.Un detallito no empaña el buenhacer y la amabilidad de los camareros que nos atendieron.

Excelente sitio para comer,con una mezcla entre lo tradicional y lo vanguardistas,he decir qué en vitoria y Euskadi existes excelentes cocineros;pero mi respeto y admiración por el chef Luis Hernani vas más allá. Fuimos a comer siete personas,y hemos flipado con la comida,la zamburiñas,el T-Bone,las patas de pulpo,las almejas,la ensalada,el bacalao de lujo y el postre de limon una pasada.He de decir què el bacalo nos pareció una ración muy pequeña,pero vamos todo lo demás lo compeso. Es un sitio qué tiene unos precios muy significativos,sin embargo lo merece,y he de agregar qué tenemos qué tener en cuenta qué en los restaurantes no sólo se nos cobra por preparación,productos y servicio;cuando se tiene talento,pasión,y mimo a cada detalle de una experiencia gastronómica tan maravillosa,pues mis amigos eso tiene un añadido. Recomendado doscientos por ciento.Seguro volveremos. Gracias al Chef Luis Hernani y su comprometido equipo.

Comida buena, bien elaborada y buen producto, pero a algunos platos les falta un pequeño salto de calidad en la elaboración. Servicio muy lento, sensación de estar atendidos por personal recién salido de una escuela de cocina. Si vas, tómatelo con mucha calma; reservé con un mes de antelación para las 13.00, llegamos y nos dijeron que el comedor abría a las 13.15 y nos acabamos sentando a las 13.30. La cadencia de servicio de un plato a otro, correcta, pero ni se te ocurra pedir nada en el transcurso, porque ya te puedes olvidar. En uno de los platos el pimiento (buenísimo) destaca en exceso y no se apreciaba el pescado ni resto de ingredientes; un rico plato de espárragos frescos, pero el hongo excesivamente frío; tartar de atún muy bueno, aunque lo puedes encontrar mejor; croquetas melosas espectaculares; albóndigas muy ricas con textura de carrillera y reducción muy bien hecha. Un buen final de postre con tarta de queso (la de la Viña que copia todo el mundo) y helado. No tenían PX y preguntamos qué vinos dulces había. Seguimos esperando la respuesta

Sitio muy recomendable, al menos todo lo que nosotros pedimos estaba genial. “Lo peor” la tarta de queso porque no estaba algo liquida como nos gusta, pero de sabor un 10. Pedimos: kimche de vieiras, ostra fresca, zamburiña, patata ojaldrada, costillar de carne de Wagyu y tarta de queso. Una cerveza y un acuarius. Por el servicio del pan te cobran 2.30€ por persona, cosa que te traen a la mesa sin preguntar si lo quieres o no.